
Coyoacán, Ciudad de México
11:00 am - 10:00 pm
Soy Samadhi Zen. Vivo en CDMX. Mido 1.61, peso 60 kilos y mis medidas son 90-61-99. Tengo ojos color café y hablo español. Me comunico solo por WhatsApp o Telegram. Estoy disponible de 11:00 a.m. a 10:00 p.m.
Me gusta mantener las cosas claras. Viajo mucho, prefiero no estar estable en un solo lugar. Soy puntual, organizada y me gusta presentarme bien. Me enfoco en que todo funcione sin problemas y sin vueltas innecesarias.
No busco complicaciones. Me interesa tratar con personas directas, respetuosas y que valoren el buen trato. Si quieres alguien seria, con buena actitud y confiable, puedes escribirme.
Puedes encontrar a Samadhi Zen en:
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Esperé en el vestíbulo del hotel Montecarlo, nervioso. Cuando Samadhi Zen entró, me sorprendió su puntualidad y porte. La fragancia de su perfume me llamó la atención mientras charlábamos en el ascensor. Al llegar a la suite, abrimos una botella de champán y brindamos por el encuentro. Hablamos de todo: viajes, arte y anécdotas personales. Se notaba que disfrutaba la conversación igual que yo. Luego, la temperatura cambió y la tensión subió. Sin rodeos, compartimos momentos íntimos que fueron cómodos y sinceros. Al final, charlamos un rato más y me di cuenta de lo fácil que resultó conectar con ella.
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Entré al Gran Riscal y la vi de pie, vestida con la lencería blanca. Subimos a la habitación y, sin mucha charla, nos besamos con hambre. Quité su vestido, sentí su piel tensa bajo mis manos. Empezamos directo: su boca me dejó sin aliento y subió mi ritmo sin avisar. La puse de vaquera, sus caderas se movían al compás de mis impulsos. Cambiamos a misionero, luego perrito, sintiendo cada embestida como un golpe de fuego. El tiempo voló y acabé en sus pechos. Nos miramos jadeantes, sudorosos, respiramos con fuerza y quedamos abrazados hasta el fin de la hora.
Diego:
Me contacté con Samadhi Zen por WhatsApp y quedé impresionado desde el primer mensaje; su respuesta fue rápida y profesional, como si ya estuviéramos en sintonía.
Fijamos el encuentro en un hotel discreto, y ella llegó exactamente a la hora acordada, con un vestido que resaltaba su figura esbelta de 1.61 metros y curvas impresionantes.
Nuestra conversación fluyó con naturalidad, hablando de viajes y experiencias personales, lo que me hizo sentir cómodo y conectado.
Pronto, el ambiente se calentó; sus ojos café me invitaron a acercarme, y sus labios suaves me envolvieron en un beso profundo que encendió todo.
Exploramos posiciones variadas, desde misionero hasta algo más creativo, con una química que hizo que cada toque fuera eléctrico. Su piel suave y su energía vibrante mantuvieron el ritmo alto, culminando en un clímax intenso y satisfactorio.
Al final, nos quedamos charlando un rato, y su actitud respetuosa y directa me dejó con una sonrisa. Fue una experiencia inolvidable, sin complicaciones ni decepciones.
Recomiendo totalmente a Samadhi para quien busque discreción y pasión real.
Última actualización: 1 de agosto de 2025