
Roma–Condesa / Polanco, Ciudad de México
10:00 am - 03:00 am
Soy Mel Souza, brasileña de 26 años, pelirroja natural y ojos verdes. Estoy en CDMX por temporadas y coordino mis encuentros con anticipación. Mido 1.62 y cuido mi cuerpo: entreno, camino mucho por la ciudad y me gusta sentirme cómoda en mi piel. Hablo portugués, español e inglés, así que la conversación fluye como te venga mejor.
Busco hombres respetuosos, puntuales y discretos, que valoren una buena charla tanto como una química honesta. Me gustan los museos, los viajes improvisados (cuando la agenda lo permite), la música para ambientar sin gritos y una copa bien servida. Prefiero planes simples pero bien hechos: buena energía, higiene impecable y cero dramas.
Soy directa: sensual sí, vulgar no. Me gusta dejar una impresión agradable y que ambos la pasemos bien, sin poses ni historias complicadas. Si conectamos, genial; si no, también se agradece la honestidad. Privacidad ante todo.
Puedes encontrar a Mel Souza en:
Escorts CDMXTipo de servicio | Duración media | Precio base |
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Acompañamiento en domicilio | 1 h / 2 h | 7000 MXN |
Acompañamiento en hoteles | 1 h / 2 h | 7000 MXN |
Eventos y fiestas | A coordinar | 7000 MXN |
Recibimiento en apartamento privado | 1 h / 2 h | 7000 MXN |
Viajes y traslados largos | Por día | A cotizar MXN |
- | Zona | Alcaldía / Colonia |
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San Ángel | Álvaro Obregón | |
Nápoles | Benito Juárez | |
Del Valle | Benito Juárez | |
Narvarte | Benito Juárez | |
Portales | Benito Juárez | |
Coyoacán Centro | Coyoacán | |
Roma–Condesa | Cuauhtémoc | |
La Condesa | Cuauhtémoc | |
Juárez / Zona Reforma | Cuauhtémoc | |
Centro Histórico | Cuauhtémoc | |
Polanco | Miguel Hidalgo | |
San Miguel Chapultepec | Miguel Hidalgo | |
Escandón | Miguel Hidalgo |
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El último semáforo de la calle se puso en verde y me apresuré a subir al departamento de Mel. Subí por las escaleras, toqué el timbre y abrió ella con un top rojo sencillo y tacones. Me saludó con un beso en la mejilla y me invitó al sillón. Charlamos de la bici, de sus viajes por Brasil y mis planes de fin de año. Al cabo de un rato, el silencio cambió de tono: me acerqué por la cintura y nos besamos con fuerza. Sus manos en mi nuca me dejaron sin aire; el cuarto se llenó del ruido de la ciudad. Fue todo tan natural que se me olvidó mirar el reloj. Cuando salí, apenas dije “nos vemos pronto” y marqué su número antes de llegar al auto.
ViajeroAnónimo:
Acabo de tener una cita con Mel Souza y no podría estar más impresionado. Llegué a su departamento en la tarde, un poco nervioso por el tráfico de la ciudad, pero ella abrió la puerta con una sonrisa cálida y un outfit casual que la hacía ver aún más atractiva.
Mide justo como se describe, alrededor de 1.62 metros, y su pelo pelirrojo natural junto con esos ojos verdes me dejó sin palabras desde el primer momento. Empezamos con una charla relajada sobre música y viajes, algo que ella maneja muy bien en portugués, español e inglés, lo que hizo que todo fluyera sin esfuerzo.
Me sirvió una copa y hablamos de lo mucho que le gusta caminar por la ciudad para mantener su cuerpo en forma, y se nota porque su energía es realmente contagiosa. En poco tiempo, la química entre nosotros se encendió; un beso inesperado pero bienvenido nos llevó a un momento íntimo y apasionado, lleno de risas y caricias sinceras.
Todo fue tan natural y respetuoso, sin dramas ni complicaciones, exactamente como prefiero. Salí de allí con una gran sonrisa y con muchas ganas de repetir la experiencia. Definitivamente, es algo que recomendaría para quien busca discreción y una buena vibra en general.
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El Uber se atoró en la Roma y llegué casi media hora después, empapado y encantado con la cita. Toco el timbre del 302 y Mel abre con unos jeans ajustados y una blusa verde que me voló la cabeza. Me invita a pasar, dejo la chamarra y me ofrece un tequila.
De fondo suena algo de bossa nova mientras charlamos de lo loco que estuvo el invierno en CDMX. En un momento me mira, se acerca y me besa sin aviso: beso corto, intenso, de esos que te hacen olvidar la hora. Nos reímos, respiramos fuerte y sentimos el pulso compartido.
El resto de la noche fue pura urgencia: caricias al pasar, risas cuando tropecé y un “avísame cuando quieras” al despedirnos. Salí con ganas de volver y el corazón aún latiéndome.
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Llegué al depa un poco empapado por la lluvia, toqué el timbre y me abrió con una sonrisa que se me quedó grabada. Me dejó colgar mi chamarra y me ofreció un trago. Charlamos de museos y viajes hasta que dejamos el sofá y fuimos al balcón: un beso frenado, se sintió un click, y no hubo marcha atrás. En minutos estábamos abrazados, el pulso a mil y las manos buscando... Ni idea de la ropa que sobró en el suelo. Terminamos tirados en la cama, sudando y riendo por lo rápido que pasaron las dos horas. Me regaló un último beso en la frente y me recordó que, por alto que sea el arancel, valió cada peso.
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anoche me aventé con Mel Souza en su depa de La Condesa. Llegué a las 9:04 pm y la puerta se abrió al toque: tacones altos y lencería negra que no esperaba. “Pasa”, me dijo y dejó mi chaqueta en la silla.
Empezamos con un trago y un rato de charla sobre Brasil y la CDMX, todo muy natural. En un par de minutos, sus labios y mi pulso subían sin parar: un beso arrancó sin avisar y nos quedamos pegados contra la pared. Sentí sus manos en mi nuca y la abracé fuerte, sin guión ni vergüenza.
En el cuarto, la música sonó más alta, respiraciones agitadas y risas cortas. Nos soltamos tras unos minutos, sudados y cómplices. Me regaló una sonrisa y un “avísame cuando quieras”. Le mandé mensaje antes de llegar al coche: sin duda, repito pronto.
Última actualización: 22 de julio de 2025